La Comunicación Corporal En Las Elaboraciones Identitarias-subjetivas

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En el baile que recomendaron los higienistas del siglo XIX, primaban la disciplina, la mesura, la gracia, la discreción y las coreografías grupales y geométricas.12 Los nuevos bailes llegaron del norte y del Caribe, donde el cuerpo se expresó con velocidad, erotismo y frenesí. 12 En México, actualmente, se observa que se ejecuta este tipo de coreografías en bailes como el merengue dominicano de mucho erotismo y contacto físico, en su versión original. Hall, Edward, 1990 (1959), El lenguaje silencioso, México, Conaculta. Para Lipovetsky (1990), la moda es un proceso relacionado con la modernidad occidental, que plantea de fondo una necesidad de individualidad, de identidad–subjetividad y, en general, de comunicación. En general, equipacion psg 2022 los hombres no se sienten vulnerables —en ciertos espacios y a ciertas horas— a diferencia de las mujeres. Como los jóvenes y las mujeres encarnan este ideal, están sujetos a una doble operación de deseo–represión: estereotipándolos de frívolos, indiferentes, escépticos, consumistas, inconstantes, acríticos e inadaptados. 8 Recientemente, se ha «estandarizado» desnudarse en sitios públicos —o lugares hechos públicos por intermedio de los medios masivos de comunicación—, como una manera de realizar demandas o protestas sociales.

Las identidades se manifiestan por intermedio del cuerpo, están corporeizadas. Así, la primera generación de colombias se encuentra con un sonido que les interpela poderosamente el cuerpo, pero no sabían cómo bailarlo. Así, los músicos colombias y los discjokies saben que una cumbia va a «prender» a todo el público y será un éxito dentro de la fiesta; pero también saben que después de una ronda de cumbias inevitablemente se van a armar los golpes. Así, la imagen, la ropa, los accesorios, el olor, y el performance en general, deben hablar por el sujeto de manera clara y consistente para que se ubique y sea ubicado dentro de estos espacios de socialización contemporánea por excelencia. Los otros nos juzgan a partir de nuestra ropa y de la apariencia general, y determinan así nuestra personalidad, sexualidad, popularidad, éxito y estado emocional. La moda permite establecer relaciones con otros iguales (identidad) pero, al mismo tiempo —en la particular selección y com bi nación de prendas— permite ser yo mismo (subjetividad).

En un primer momento —ante una mirada neófita—, pareciera que no llevaran el ritmo de la música, pero en una revisión más atenta, con más tiempo de verlos bailar y lograr incorporar la nueva sensibilidad, se da uno cuenta que llevan el «ritmo», sólo que es «otro» ritmo. Con los rituales interpelamos por intermedio del cuerpo a la música, a la sensualidad del ritmo, a la melodía; experimentamos las múltiples evocaciones y desplazamientos temporales de las canciones y sus letras. En estos rituales modernos se reúnen grandes cantidades de personas que asisten a encontrarse unas con otras, que buscan ver, escuchar, sentir, tocar y obtener placer por intermedio de las múltiples y marcadas impresiones sensoriales (Simmel) donde la belleza, el buen «gusto», «la distinción» (Bourdieu), la búsqueda de agradar y ser agradado son las lógicas de la interacción.

Origen de un gusto musical y su papel en la construcción de una identidad social, Monterrey, México, Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Nuevo León. En México, el ejemplo más interesante (por lo disruptivo, rechazado y polémico) es el de un colectivo de campesinos de Veracruz, autodenominado «Los 400 Pueblos», que tiene más de cinco años desnudándose sobre Paseo de la Reforma, en el Distrito Federal. En Monterrey, a partir de los años ochenta, los jóvenes colombias comenzaron a desarrollar una vestimenta específica que los diferenciara del resto de los grupos sociales y de edad, de aquella ciudad. Bajo anteriores estructuras, las personas debían esperar tiempo y un espacio válido para poder socializar, hablar por meses o años para poder «conocerse»; las interacciones de cortejo y sexualidad estaban altamente reguladas y restringidas. 2 Bourdieu muestra cómo las categorías de edad se construyen en función del cuidado del poder por parte de los «adultos» y el mantenimiento del control —y la exclusión— sobre generaciones anteriores y posteriores. Sentimos la sexualidad del baile, vivimos el cómo conozco y soy conocido por el movimiento del cuerpo.

Visualmente es muy llamativo, los jóvenes derrochan dinamismo y gozo en sus ejecuciones, se genera un cuadro de movimiento muy estético. El baile posee fuertes componentes psicológicos, ya que interpela al cuerpo en movimiento en sus experiencias emocionales y cognitivas. Protestan de esta peculiar manera (a sabiendas de la poca tolerancia al desnudo de su sociedad), por el despojo de tierras al que fueron sujetos. La trasformación de los modelos y formas de comunicación, de socialización, el no lugar para la verbalidad, el acento en otras formas de envío–recepción de mensajes, marcados y múltiples, crean dentro de la sociedad —y la ciencia social— cierto malestar; y también la sospecha de que las tradicionales formas de socialización, de interrelacionarse y de comunicarse han sido erosionadas. Estudios sobre formas de socialización, Buenos Aires, Espasa. Estas originales formas de baile, como investigador colombiano, me parecen fabulosas. Y que esta forma de bailar despreciada, menos valorada, ridiculizada, pudiera ser un elemento que pudiera convivir con las demás formas de cultura local. 19 Para Pedraza, las estesias son elaboraciones sensibles de las percepciones corporales y establecen su surgimiento y proliferación a partir del siglo XIX como elemento central en el proceso de subjetivización moderno. De igual manera, el predominio de «las vueltas» en el baile de ritmos caribeños, como salsa o cumbia, se puede entender siguiendo esta lógica.

Aprender a moverse y aprender a cambiar los patrones de movimiento, tanto en las técnicas cotidianas como en las extracotidianas, además de un hecho culturalmente normado, es un fenómeno psicológico y psicomotriz con una lógica propia. Como era de esperarse —en mayor medida por ser una ciudad de frontera— la vestimenta colombias resultó un híbrido de las diferentes influencias a las cuales estaban expuestos los jóvenes regiomontanos de clase popular. Así se esparce por toda la ciudad el fenómeno; hoy en día, la mayoría de bandas de jóvenes colombias se encuentran en estas fomerreyes. Ahora, a la ecuación se le agrega la rivalidad entre bandas y el uso generalizado de «símbolos»16 para reconocerse unos a otros y ¡ 16 Existen dos grandes «agrupaciones» o «asociaciones» de bandas en Monterrey, el Símbolo Uno y el Símbolo Star. 18 En la ciudad de Saltillo, que queda a dos horas de Monterrey, se desarrolló por parte de los jóvenes el más llamativo estilo de baile para la cumbia de la zona. En Monterrey, se estigmatiza y se intenta cambiar el baile de la cumbia que crearon los jóvenes colombias por similares motivos.

Debido a esto, hoy en día le dan mayor apoyo al paseo vallenato que a la cumbia. Vístanse como se vistan, oigan lo que oigan, bailen como bailen, el hilo conductor de esta identidad juvenil norestense se llama ¡ A esta fricción sumemos el alcohol y las drogas (una vez más, como en cualquier sitio nocturno). Es resignificar la palabra despreciativa, para nosotros es un signo de pertenencia que otra vez es un signo de identidad. Y la palabra «chundo» cuando los chicos discursan en el periódico, en la televisión, en la radio, en una conferencia, en una universidad, en una mesa redonda, «soy fulano de tal y soy orgullosamente chundo» (cholo), y cuando este chundo baila y cuando este chundo habla, la otra parte del público se conmociona porque los chundos que él conoce, para él en ese sentido genérico está incluido el delincuente, el ladrón, el violador, el asesino, el adicto.

Sí, sí, lo afirmo con plena seguridad y me adelanto hasta tu pregunta, porque creo que el único rasgo de identidad, identidad y pertenencia de los chundos en Saltillo, Monterrey, San Luis Potosí, y una parte de Zacatecas y Tamaulipas ¡ Blanco Arboleda, Darío, 2006a, entrevista a Isaac Valdez «Campa», Monterrey, México. Blanco Arboleda, Darío y Jesús Kolly–Adem, 2006b, entrevista a Jesús Kolly–Adem, Monterrey, México. Blanco Arboleda, Darío, 2006c, entrevista a Rodrigo Montelongo, Saltillo, Coahuila, México. Blanco Arboleda, Darío, 2005c, entrevista a Francisco Javier Vásquez, Monterrey. 14 Fomerrey (Programa de «Fomento a la Vivienda de Monterrey»). En Monterrey y sus zonas de influencia, en el noreste de México, surgió con el baile colombiano un fenómeno que me parece sumamente llamativo. Knapp, Mark, 2001, «La comunicación no verbal: perspectivas básicas» y «Observación y registro de la conducta no verbal», en Hilda Islas (comp.), De la historia al cuerpo y del cuerpo a la danza, México, Conaculta, pp.231–282. Las personas se mueven y pertenecen a comunidades de movimientos de la misma manera en que hablan y pertenecen a comunidades lingüísticas; de esta manera, el baile establece un tipo de comunicación que complementa al habla, pero al mismo tiempo tiene la capacidad de otorgar significado por sí solo.