Seguramente, no causamos sorpresa al afirmar que la fatiga no se manifiesta sólo «físicamente», pues con toda certeza todos ya hemos tenido, por ejemplo, un terrible dolor de cabeza al leer algo sobre un asunto complejo, que nos exigía una total concentración. Por ejemplo, cuando un equipo toma la iniciativa de hacer un ataque a partir de su línea más atrasada, lo que normalmente se ve es a los delanteros contrarios presionar sobre la salida del balón, es decir, hacen una presión adelantada. Cada jugador defiende determinada zona y el equipo defiende en una determinada zona, en función de los propios jugadores. Y si, inicialmente, el movimiento ofensivo de los laterales tiene que ser defendido de una determinada manera, tras el cambio tiene que ser defendido de otra manera. Va al pasillo central para inducir al adversario a jugar por uno de los pasillos laterales y, ahí, le reduce drásticamente el espacio y la capacidad de construcción. Por lo tanto, en el verdadero marcaje, el jugador tiene que tener en cuenta la pelota, el espacio y al adversario. Recordemos que Cruyff (2002a) decía que, en fútbol, la distancia máxima a recorrer por un jugador debería ser diez metros y que todo es una cuestión de líneas, pues al aguantar el espacio entre sí, camisetas futbol 2022 el equipo está equilibrado.
”. Ya Esnal Pardo (2001), cuando fue cuestionado sobre si la utilización frecuente del pressing implica un gran desgaste físico y si, al recuperar el balón, la fatiga acumulada perjudica las acciones ofensivas, dice que no concuerda, en la medida en que, si se hace bien, lo que se consigue es una buena distribución del trabajo. Mercé Cervera (2001) dice que el pressing debe estar ligado a la organización y no al esfuerzo. Wanceulen. Sevilla. Carvalhal, C. (2001). No treino de futebol de rendimento superior. El«patrón defensivo» de los equipos grandes se asienta en la «defensa en zona». Dada la coherencia de movimientos del equipo por la inteligente división de tareas y de la coordinación colectiva que la «zona» supone, esta forma de organización defensiva es más económica en energía que la «defensa hombre a hombre». “La idea es atender al punto estratégico, pero sin comprometer nunca la fluidez funcional de nuestro equipo.” (Frade, 2002) Conseguidas un conjunto de regularidades que expresan su identidad, un equipo puede preocuparse por aquello que Frade (1985) designa como “alteraciones estratégicas de circunstancia”. Es importante comprender que “preocuparnos en demasía por la dimensión estratégica puede llevarnos a alterar en exceso aspectos considerados como fundamentales en lo que se refiere a nuestra concepción del juego” (Frade, 2002). Esto es, “el énfasis puesto en la dimensión estratégica puede interferir con aquello que son los principios de juego.
” (Frade, 1998). Teniendo en cuenta estas consideraciones, fácilmente se comprende que, en cuanto a la concentración, las exigencias de la «zona presionante» son muy elevadas, pues, tal como señala Frade (2002), “la zona pressing es extremadamente compleja y difícil de poner en práctica. Entonces, alguna cosa nos falta en esta reflexión, sobretodo teniendo en cuenta que, de una manera general, son los grandes equipos los que más usan la «zona presionante» avanzada. Procurando poner en dificultades al adversario y, en particular, al jugador con la pelota, con una fuerte reducción espacio-temporal para, de ese modo, inducirlo al error. Por ejemplo, correr por correr tiene un desgaste energético natural, mas la complejidad de ese ejercicio es nula. Y, como tal, el desgaste en términos emocionales tiende a ser nulo también, al contrario de las situaciones complejas donde se les exige a los jugadores requisitos técnicos, tácticos, psicológicos y de pensar las situaciones, eso es lo que representa la complejidad del ejercicio y lo que conduce a una concentración mayor”. Con un trabajo paciente, duro y metódico, ayudando a los jugadores a pensar y enseñándoles aspectos como éste es posible alcanzar buenas respuestas y hacer una «zona presionante» con un funcionamiento armonioso.
Además, dada su relevancia, añadimos a esta argumentación una afirmación de Figo (1999) referida al período en que estaba en el Barcelona de Van Gaal, donde, como vimos, se intentaba que el equipo hiciese una «zona presionante» adelantada: “Mis características, mi juego, podrían adaptarse a otros equipos, a otros modelos, mas mi rendimiento no seria el mismo. Es importante entonces intentar saber hasta qué punto la fatiga mental puede contribuir al desgaste (ya sea reducido o elevado) inducido por la realización de una «zona presionante» adelantada. De ser así, la «zona presionante» adelantada será más económica «físicamente» que cualquier otra forma de defender. Frade (2002) añade que “cuando la zona pressing está bien hecha, sólo existe una forma de superarla: ¡jugando para atrás!”. Lo fundamental, dice, es hacerlo con orden, de forma colectiva y adecuadamente. Castelo (1996) apunta como uno de los aspectos desfavorablees de la «zona presionante» la necesidad de que todos los jugadores estén en óptimas condiciones físicas.