A lo largo de la consulta bibliográfica efectuada, nos hemos dado cuenta de que, a pesar de ser referida repetidas veces, la idea de «marcaje» raramente es explicada o se explicita. Para nosotros, el decir que la resolución eficaz de una situación del juego es consecuencia de la rapidez con que se le encuentra solución y de la adecuación de ésta a la misma, es una abstracción que lleva, muchas veces, a un «vértigo» por la velocidad. A nivel literario, López Ramos (1995) define «marcaje» como la acción táctica que los jugadores del equipo que no posee la pelota realizan sobre sus adversarios, con la intención prioritaria de evitar que éstos entren en contacto con la misma, o de que lo hagan en las peores condiciones posibles. No es, por eso, de extrañar todo un conjunto de expresiones de la jerga futbolística, como «acompaña al hombre», «sigue al tuyo», «agárrate a él», «marca encima», entre muchas otras que evidencian esa idea de «marcaje» que, de una manera general, parece estar «institucionalizada» en el fútbol portugués. La «defensa hombre a hombre», como resultado de un concepto de «marcaje» amputado, acaba por estar muy alejada de las reales exigencias del fútbol.
Además es algo que muchos de nuestros seguidores tanto en redes sociales como vía email nos han solicitado ya que quieren conseguir algunas de esas camisetas míticas de la historia del fútbol y nos piden consejo a la hora de elegir una tienda online. Hay más de 40 configuraciones diferentes de camisetas que puedes seleccionar y que son completamente personalizables, y recibirás descuentos para pedidos más enormes. Por lo tanto, hay siempre jugadores que están preparados para equilibrar el equipo, sin discriminar si es A, B o C. Algunos jugadores, por sus posiciones naturales, cumplen más esas funciones, pese a que existan improvisaciones y cambios de posición, ese equilibrio tiene un componente aleatorio muy grande, sin dejar de estar entrenado y organizado”. Si «marcar» implica una aproximación, implica también persecución (basta que el adversario se mueva) y perseguir es perder de vista la referencia del balón, comprometer los escalonamientos y las coberturas y, de ese modo, poner en riesgo la cohesión del bloque defensivo. Más allá de eso, el escalonamiento permanente de las diferentes líneas y la consecuente existencia de coberturas entre las mismas nos parecen características vitales para la cohesión del bloque defensivo y para la deseada eficacia defensiva.
Accame, 1995), designándola como “defensa de zona” y para quien ésta consiste en situar o mantener un bloque defensivo entre la pelota y la portería, donde cada jugador es responsable de una zona, interviniendo en ese espacio a partir del momento en que la pelota entra ahí, sin preocuparse de la posición de los adversarios. Puede, eventualmente, existir un jugador que, por su personalidad y calidad, se destaque en el liderazgo, pero aun así el bloque debe funcionar, fundamentalmente, en función de referencias colectivas conocidas por todos los jugadores”. Considerar como prioritaria la «referencia-idea» de adversario directo, teniendo en cuenta la posición de la pelota y la portería como las referencias básicas de posicionamiento, resultará un «patrón» defensivo substancialmente dispar de otro en el que se considere como central «marcar»/cerrar determinados espacios (ocupándolos), en función de la posición de la pelota, sin que se deje de «asignar» y vigilar los jugadores adversarios que se encuentran en esos espacios. Es posible encontrar mil y una referencias bibliográficas donde se explica el concepto de juego en zona y donde se encuentran ejemplos de lo que es jugar zonalmente bien, ahora, la operatividad en el entrenamiento no se encuentra. Mas, si pensamos en esta forma de defender como una intención colectiva de cerrar los espacios de juego con más valor (los espacios próximos a la pelota), fácilmente descubrimos que ella es posible de concretizarse en cualquier zona del terreno.
Para el autor, la presión debe ser aplicada, por un determinado número de jugadores, sobre el portador de la pelota, junto con la ocupación de los espacios próximos. Para terminar, y volviendo a la cuestión central de este punto, queremos aquí reflejar las dificuldades del Sporting de Fernando Santos para poner en práctica la tan deseada presión avanzada. Cuando el guardameta coloca la pelota en el lateral adversario, mi extremo de ese lado arranca para hacer presión sobre el portador del balón, el delantero presiona al central del lado del balón y el extremo del lado contrario al otro central”. «marcando» al adversario que entra allí intentando arrebatarle el balón. Un panel en un tono más oscuro se posa en los hombros y en el cuello -este con la impresión de Suisse en la nuca-, mientras que el escudo de la federación y el logo de Puma se tiñen de blanco. Parece así claro que la importancia dada a las posibles «referencias-ideas» del «marcaje» y al énfasis que se pone en cada una de las «referencias de posicionamiento» obtengan un buen resultado en diferentes concepciones para la organización defensiva. Tal como sostiene Frade (2004), si se pone énfasis en las transiciones, la organización colectiva tiene que ser lo más importante.
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